Con el próximo cierre de su periodo presidencial, Iván Duque, quien en menos de 7 meses estará entregando su podio, se encuentra en un escenario que dificulta acciones trascendentales como la controvertida aspersión de cultivos ilícitos con glifosato, una de las banderas que él prometió desde los tiempos en que era apenas un candidato para llegar a la Casa de Nariño.
¿Por qué? La Corte reafirmó la necesidad de consultar previamente a las comunidades afectadas para lo cual da un plazo de un año, es decir que en caso de llegarse a un acuerdo con los pobladores de las humildes regiones en donde abundan los cultivos sería una tarea que le correspondería al próximo jefe del Estado.
Jairo Libreros, experto en temas de seguridad, calificó esta política como “Un fracaso”. “En seis meses largos que le resta de Gobierno no alcanza a realizar las consultas previas”, aseguró el también catedrático de la universidad Externado de Colombia.
La Corte Constitucional tumbó el nuevo intento del Gobierno de reiniciar la aspersión aérea de cultivos ilícitos con este herbicida, una práctica prohibida desde 2015.
“Se trata de una decisión acertada de parte de la Corte Constitucional. La historia ha demostrado que las fumigaciones no han dado resultados positivos”, dice Óscar Palma, profesor de la Universidad del Rosario y experto en política antidrogas. “En un corto plazo muestra unas cifras altas, pero a largo plazo queda en evidencia que el resultado no es el deseado por, entre otras cosas, los desplazamientos de los cultivos».
En su primera reacción, Duque mostró su desazón. “No conocemos bien el fallo, tenemos que analizarlo primero, pero lo respetamos y lo acatamos”, dijo y a reglón seguido añadió: “No podemos limitar las herramientas que el país requiere para enfrentar esta situación”.
Narcotráfico, combustible de la violencia en Colombia
Según Duque, el narcotráfico es la raíz de todos los males del país. De ahí, que él lo haya enfrentado “con todas las herramientas posibles: destrucción de laboratorios, desarrollo alternativo y sustitución, pero también implica tener las herramientas de aspersión con precisión donde corresponde”, como el mismo enumeró.
Duque se queda así sin un arma que él considera eficaz y a la que le ha dedicado ingentes esfuerzos en conjunto con los que han sido sus tres ministros de Defensa: Guillermo Botero, Carlos Holmes Trujillo y Diego Molano.
Duque dice que durante su gobierno “nos hemos venido acoplándonos a las directrices de la Corte Constitucional, y de hecho los procesos de licenciamiento se estaban trabajando de conformidad con los protocolos que fueron señalados por la Corte”.
Por su parte, en la otra orilla, los líderes de las comunidades en donde se tenía en mente usar el glifosato muestran su alborozo porque consideran que el químico causa efectos negativos contra la salud y el medio ambiente.
“En efecto”, dice un texto de una alianza entre Razón Pública y la Friedrich Ebert Stiftung en Colombia (Fescol), firmado por Paula Aguirre y Adriana Muro, “el glifosato es perjudicial para la salud humana”.
Tanto así, recuerda el documento, que en 2015 fue catalogado como una sustancia probablemente cancerígena por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC por sus siglas en inglés), que hace parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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