Dentro de las dinámicas de la política a nivel global, una nueva tendencia empieza a tomar fuerza, se trata del cuestionamiento de los resultados electorales y la información falsa que se puede producir en torno a ellos. Varios ejemplos de esto hemos podido ver en lugares tan dispares como Alemania, Brasil, Perú, Israel, Estados Unidos, y más recientemente, Colombia. Donde el partido de gobierno, incito a un desconocimiento de los resultados del pasado 13 de marzo.
Aunque la participación en política siga siendo latente, y esto se pueda constatar con la fuerza que han tomado las protestas en todo el mundo. No se puede ignorar que la participación electoral cada vez es menor, puesto que existen muchos cuestionamientos en torno a este proceso. No en vano, la deslegitimación de las instituciones es algo que toma fuerza a nivel internacional. Precisamente, es aquí de donde han sacado provecho diferentes movimientos políticos para esparcir información falsa en redes sociales.
El caso más reconocido es el de Donald Trump, quien después de perder las elecciones presidenciales, incito a una multitud a invadir el Capitolio bajo la premisa de que se habían robado las elecciones. Comentarios que repitieron hasta el cansancio los seguidores del Centro Democrático en redes tras conocerse los resultados electorales del congreso, “nos están robando las elecciones”.
Pese a que no fue el creador de esta técnica, Trump, la perfecciono y utilizo de forma impecable. En primer lugar, uso la difamación para atacar a quien ve como oposición, y así producir miedo y un supuesto peligro. En el caso colombiano tenemos el ejemplo del “castrochavismo” o “nos vamos a volver como Venezuela”. Sumado a lo anterior, se empieza a cuestionar los resultados mucho antes de las elecciones, para que una vez se conozca que estos no están a su favor, poder hacer un juicio público.
Recientemente, los expresidentes Álvaro Uribe y Andrés Pastrana, así como diferentes líderes del Centro Democrático, entre ellos Miguel Uribe Turbay, hicieron un llamado a la ciudadanía para que desconociera los resultados electorales del pasado 13 de marzo. Tal parece que no quedaron conformes con la pérdida de más de 20 curules en el congreso, y menos con que la bancada más fuerte ahora esté conformada por sus principales rivales políticos. Frente a situaciones de este tipo, lo único que queda es aferrarse a los dictámenes establecidos por la institucionalidad, para evitar que grupos políticos como el uribismo puedan arreglar las cosas a su antojo.
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