Las divisiones y polémicas en el uribismo parecen que han llegado para quedarse, desde la renuncia de Albert Corredor, líder de las juventudes en Medellín y quien apoyo en segunda vuelta a Gustavo Petro, varios enfrentamientos han sido protagonizados por los miembros del Centro Democrático. Recordemos también el agarrón por redes entre el hijo de María Fernanda Cabal y Paloma Valencia.
En Medellín, el concejo ha sido el principal escenario de los escándalos, esta semana las concejalas, Paulina Aguinaga, Lina García y Natalí Vélez, volvieron a hacer denuncias públicas, pes continúan siendo censuradas por el partido Centro Democrático. Incluso, después de que, el Consejo Nacional Electoral falló en favor de estas tres mujeres y solicito al que les respetaran sus derechos políticos.
Por otro lado, las elecciones regionales del 2023 ya se empiezan a sentir, y es que, el concejal Simón Molina, supuestamente renunciara a su curul para lanzarse a la alcaldía por medio de firmas. Puesto que, no logro conseguir el respaldo de su partido, pues todo parece indicar que la rama de Luis Alfredo Ramos pretende poner candidato para la alcaldía y Molina no es una opción.
Lo anterior nos deja un panorama bastante claro, al interior del uribismo no hay unidad, cada vez las diferencias son más fuertes y ante la falta de Álvaro Uribe Vélez jalándoles las orejas, es probable que este partido se desmorone antes de lo previsto.
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